8 de noviembre de 2010

Diálogo con el Alma



Hace unos días atrás, cuando aún no estaba encerrada, veía muy poca gente felíz caminando por la calle. Eso me hizo sentir bien por un lado, porque no soy la única que no se siente felíz, pero también me preocupó porque algo está pasando en el mundo para que el alma y la mente se vayan descarrilando y perdiendo el control.


Ahora yo me pregunto, ¿Qué fué lo que me descarriló? ¿Qué fué lo que me hizo caer y tocar fondo? No le puedo hechar la culpa a nadie porque cada uno elige lo que quiere y yo lo elegí sin saber las consecuencias que me podrían traer.

Me gusta mucho caminar y cuando lo hago veo mucha gente apurada o que gesticula de forma que se nota que no estan contentos. Ver a las madres apuradas simulando escuchar a sus hijos.

Me parece que no estamos disfrutando de la vida como deberíamos.
Primero: ¿Cuál es el significado de la vida? Nunca me lo pregunté, ahora que me lo pregunto y pienso que és vivir, disfrutar y valorar cada momento como si fuera el último. Sacarle el jugo al máximo. Si nos caemos, volvernos a levantar. Si comemos es porque tenemos hambre. Si dormimos es porque necesitamos descansar. Hablar lo justo y necesario. Escuchar y tratar de ponerse en lugar del otro. Disfrutar de la noche, del sol, de la lluvia y cuanto menos nos lamentamos, mejor se sentirá en su vida.

Salí a un mundo repleto de dudas. Intento cumplir mis deseos y lograr todo lo que me propongo sin importar quien esté a mi lado. Tal vez suene un poco egoísta, pero es la realidad.
Muchos creen que vivir a pleno es destruirse a sí mismo y a los que lo rodean para aprovechar el tiempo y los momentos al máximo.

Segundo: ¿Cuál es el significado de la vida? Ninguna. Uno le da el significado a la vida y si no lo encuentra, ahí es donde llega el vacío. Así, me encuentro actualmente.
Tengo dos opciones para ésto:
- Encuentro a un buen compañero que me descubra y me haga felíz, o
- trato de encontrarme a mí misma para sentirme satisfecha y plena, algo que lo veo muy difícil.

El estilo de vida ancioso y urgido en la vivo nace de la confusión entre vivir en el presente y vivir en el instante. El instante es fugaz y sin raíces, viene de la nada y se pierde en el vacío.
El presente es el punto de encuentro del pasado (cada paso caminando en la vida) con el futuro ( el tiempo hacia donde nuestras potencialidades se proyectan). El presente es móvil, cambiante, rico, plástico; cuando estamos de veras en él nos impregna, enriquece nuestro mundo (mi mundo) emocional, agrega mHago como si estoy, aterial valioso a nuestra memoria, nos prepara mejor para lo que vendrá.

Al instante en cambio, desaparesco sin concretar nada, sin dejar huellas, sin estar ni aquí ni allá, ni ahora, ni después. Hago como si estoy pero no estoy. Presto la oreja y estoy para todos menos para mí. Si pienso en mí, me escurro en la esperanza de salir con vida interior, cumplir mis proyectos, trabajar y no dejar que nada me venza.

Voy a intentar poner en práctica la "confianza" ( creer con fé), por empezar, aunque hay una pared sorda en el medio que quiero derrivar y mi poca confianza no me lo permite.
Me considero una persona muy práctica y anciosa, por eso pienso, ¿qué hago con las heridas?
Ya se sabe que nunca se van a borrar, pero las quiero cicatrizar y no sé como.
Hay un punto en el cuál no puedo regresar, pero me es imposible no hacerlo. Para cicatrizar tengo que regresar a ellas.

Por ahora, lo único que intento tener en mente es "entregarme" y "sincerarme" conmigo misma.

Autora: Romina Munafó
(Anden 24 )