21 de mayo de 2011

Los Iracundos...



En alguna de nuestras andanzas por la vida, siempre nos topamos con personas que acarrean con cierta carga negativa encima.


Incluso en mi caso, si llevara a cabo una introspección a fondo, seguramente encontraría la base, o la causa de lo que hago. Esa sería una de las frases que emplearía alguien idóneo en distintas psicopatologías seguramente.


 Pero en concreto ¿qué es un sentimiento de ira sin resolver?
 Pues una disputa entre todas las distintas partes de uno mismo. La vida es siempre un debate entre nuestro lado bueno y nuestro lado malo. El lado malo quiere que te tomes ese postre de propina, igual que esos dibujos animados de los sábados por la mañana que ponen para los niños, en los que aparece de pronto un diablillo que incita a hacer algo malo: por ejemplo, el pato Donald o Gooty, o uno cualquiera de esos animalitos zonzos tan monos que utilizan hoy en día, y después urge el angelito e insisten en que deben elegir el camino verdadero… ¿Cuál es el camino verdadero? El camino fiel. ¿Existe? ¿Es lo que vemos en los noticieros? Narcotráfico, coimas, violaciones de menores, guerras, políticos que roban a costa de la sociedad, explotación de menores, mala educación en los colegios y en las familias, si es que existen las familias todavía, etc, etc… Esa es la maldita realidad que no solo se ve en los noticieros, lo vemos día a día, frente a nuestros ojos.
 ¿Entonces qué camino es el bueno y que camino es el malo?  Creo que todos tenemos maldad y somos capaces de ponerlo en práctica, sólo tenemos que decidirlo. Pero una cosa es la maldad y otra cosa es la Ira acumulada.


La maldad es hacer algo perjudicial para el otro que no quiere decir que sea solo por hacer el mal, puede ser con el objeto de hacer el bien también. Hay que tener en cuenta que hay personas que tienen tendencia o inclinación natural a realizar el mal y otras no tanto.


En cambio, la ira es la repetición constante consciente o inconscientemente de actos violentos que generan deseos de venganza. Estos deseos de venganza comúnmente se reprimen bajo el lema de hacer las cosas bien y salen a la vista bajo alguna disputa absurda o ante cualquier eventualidad que genere mucho enojo. Pero hay personas que no ponen ese límite, no quieren ponerse ese límite y hacen lo que se les plazca con esa Ira acumulada.  Hay tantos iracundos como cucarachas en el mundo. Hacen y deshacen, cada uno a su forma, con su estilo. Compitiendo a ver quién es el más original. Ocupándose de que su ira no invada su capacidad intelectual. La inteligencia ante todo, es la única forma de salir ileso.


Las expresiones externas de la ira se pueden encontrar en la expresión facial, lenguaje corporal, respuestas fisiológicas, y en momentos o en actos públicos de agresión. Aunque no sólo se puede detectar mediante agresión, también se lo puede detectar por las miradas, el tono de voz, ciertas frases, sus vínculos (si es que los tiene, por lo general, son solitarios), las manos, los gestos, etc…


Según algunas comunidades religiosas, la Ira es uno de los 7 pecados capitales y se describe como un sentimiento no ordenado, ni controlado de odio y enojo. El resultado de este acto era utilizar la técnica de tortura donde se desprendían los miembros a la persona que cometía el “Pecado Capital” (Culpable-víctima).


Hoy en día estas criaturas salvajes realizan el desmembramiento a personas realmente inocentes. De esta manera tratan de desagotar esa Ira que los tiene apresados.


A esas personas las llamo “Los niños perdidos” y son como “criaturas”  que andan por la vida descargándose del género que los dañó sin ver que son personas. No son capaces de ver a las personas como tales. Son fríos, nada los inmuta, son entes con un solo sentimiento: la ira.
En ellos, todos es distinto. Ellos Aman lo que Odian y Odian lo que Aman. El amor para ellos es dolor. Todo está torcido a un lado y a otro, vuelto al revés. El mejor recuerdo que pueden tener está lleno de lo peor y ése será el mejor de todos, por lo menos para ellos.

La única forma de encontrar la Paz que andan buscando es encontrándose consigo mismos, pero como eso les aterra seguirán desmembrando inocentes, convirtiéndolos en algún iracundo más.