24 de marzo de 2011

Sexo en Argentina

Los Argentinos en general somos unos hipócritas en material de sexualidad, coinciden en esto, los profesionales que dan su testimonio en este intento por desnudar lo que nos pasa.

Los Argentinos tenemos una triple moral: "pensamos una cosa, decimos otra y hacemos otra muy distinta." Nuestra hipocresía está determinada por el don del chamuyo; la infidelidad, en secreto, pero por todos sabida y la creatividad para enconrarle una excusa o diagnóstico casero a cualquier disfunción.

Lo concreto es que cada día son más las consultas a sexólogos, psiquiatras y psicoterapeutas por las tantas versiones libres de "miedos, fobias, impotencias y fantasías reprimidas".
En general van al consultorios hombres y mujeres entre los 30 y 50 años. Los principales motivos en los hombres son: la eyaculación precoz, disfunción erectil, deseo sexual disminuido y complejo de pene pequeño. A las mujeres les preocupa la falta de deseo sexual, la imposibilidad de llegar al orgasmo y el vaginismo.

Otro fenómeno muy común y preocupante es el gran número de "Hombres que no pueden unir el placer con el amor";  y ésta  es una de las causas fundamentales en torno a los destiempos tan comunes en muchas parejas. Este es uno de los motivos por los que se mantiene siempre vigente el negocio de la prostitución.

Otro tema importante a tratar y tal vez sea el más vergonzoso de las parejas es el: matrimonio no consumado. A veces llegan a los consultorios parejas con la confesión de que aún no han podido tener relaciones. Lo curioso es que estas parejas suelen pedir la consulta cuando se disponen a tener un hijo y no pueden concretarlo.

En medio de estos trastornos y tantas otras patologías, irrumpen los relatos sobre las fantasías por concretar; tarea poco sencilla para el perfil culposo del argentino promedio. Hipócritas, pero más liberados y creativos, "tenemos algunas fantasías que ni siquiera nos animamos a pensarlas ni asumirlas como propias".

Los expertos en Sexología revelan que las "fantasías más frecuentes de los argentinos suelen ser: la cama de a tres; el voyeurismo y las prácticas homosexuales".

La fantasía masculina:

Clasificar las fantasías es un trabajo arduo, su número, tipo y calidad es tan grande como seres vivos puedan crearlas con total libertad y privacidad, muchas nunca se contarán. Las fantasías masculinas suelen centrarse en el control de la situación y en la capacidad sexual.
Las más frecuentes son las siguientes:

-Tener relaciones sexuales con una pareja distinta a la propia.
-Tener relaciones dentro de un grupo (orgía).
-Mantener una relación en la que se incluyan escenas violentas como el sadismo o masoquismo, siendo él el que domina a una mujer sumisa que lo consiente y satisface o bien es el que debe obedecer y satisfacer los deseos de otra persona dominante.
-Tener relaciones sexuales con personas del mismo sexo.
-Tener relaciones sexuales con parejas anteriores.
-Hacer el amor en lugar distinto al acostumbrado.
-Hacer el amor con su propia pareja de manera diferente a como se realiza habitualmente (oral, anal, o de otra manera donde la pareja sea más participativa).
-Ser objeto de una violación por parte de una mujer.

La fantasía femenina

Las fantasías sexuales de las mujeres en muchos casos coinciden con argumentos imaginados por los hombres. Las fantasías femeninas parecen caracterizarse por ser de mayor duración que las de los varones y centrarse en relaciones sentimentales.
 Las más frecuentes son:

-Imaginarse mantener relaciones sexuales con otro hombre distinto al habitual (su marido o su pareja).
-Pensar que está siendo objeto de una violación, ya sea con un hombre o más de uno.
-Imaginar que se halla violando a un hombre, sometiéndolo a su voluntad.
-Figurarse que está poseyendo o siendo poseída por otra mujer.
-Rememorar otras experiencias sexuales mantenidas en el pasado.
-Mantener una relación en la que se incluyan escenas violentas como el sadismo o masoquismo, siendo ella la que domina a un hombre sumiso que la consiente y satisface o bien es la que debe obedecer y satisfacer los deseos de otra persona dominante.
-Tener relaciones en un lugar más excitante (piscina, ascensor, baño de un avión, etc).
Cultura

Debido a los preceptos sociales, las fantasías sexuales que involucran la infidelidad son mal vistos, incluyendo muchas veces a la misma persona que los padece, existiendo un sentimiento de culpa y arrepentimiento. Según estudios realizados la existencia de fantasías sexuales no es un factor determinante a la hora de ser infiel a la pareja, pero las personas que son infieles tienden a tener más fantasías sexuales que el promedio.


Salud:


El estrés y la ansiedad de los tiempos que corren parecen ser una de las causas de tanta insatisfacción sexual.
Esta falta de descanso, un fenónemo muy común también entre los argentinos, los inhabilita para cumplir con otras funciones familiares y laborales.
Son cada día más frecuentes los problemas para conciliar el sueño o sostener el descanso cuando nos dormimos. Muchos hombres y mujeres creen "haber perdido el deseo y la pasión, cuando en realidad lo que tienen es sueño. No duermen o no llegan a descansar por vivir sobreexigidos, anciosos y obsesionados. Asi es, que con insomnio o desvelos, dudan de sí mismos o sospechan de sus parejas, al creer que se han convertido en seres deserotizados, que son infieles, estan asexuados, menopáusicos o andropáusicos precoces, entre tantas otras patologías sexuales.

Si hay un indicador de esta época que atenta contra la plenitu sexual es el incremento en el consumo de alcohol y psicofármacos. Además de los sedantes, antidepresivos y ansiolíticos, la sobreingesta de viagra certifica el nivel exagerado de expectativas y exigencias.

Tanto viagra suelto da cuenta, al mismo tiempo, de un cambio en la actitud de las mujeres en la cama. Muchas mujeres aun no saben pedir lo que quieren, hay otras que, a diferencia de hace unos años atrás, ahora piden, esperan, avanzan y exigen. Ellas ya no son tan pasivas ni sumisas y, en este partido, el hombre, que se creía dueño de la pelota, tiene miedo de embarrar la cancha. El varón aun no entiende qué lugar ocupar en estado de roles alterados.
Pese a esta tendencia de muchos a convertirse en "maratonistas sexuales de alto rendimiento", a otros les resulta mucho más efectiva la idea de humanizar al "gran macho" o "al tigre que llevamos dentro".
En material sexual, es mucho más prodente callar las virtudes y confesar los defectos. Más vale sorprender que decepcionar.

El sexo de los argentinos se parece bastante al tango: sensual, pero vueltero, ardoroso aunque conflictivo y bastante machista.
Es culpa de las mujeres el hecho de que aún el sexo parezca de dominio masculino. "No es que los hombres exageran mucho; somos nosotras las que muchas veces les hacemos creer que se las saben toda y que todo lo que nos hacen nos encanta. Los hombres suelen ser malos amantes por culpa nuestra; porque mentimos, fingimos y exageramos. Mentimos para ser inolvidables, para no alterar su condición de machos para poder dormir tranquilas.
Nuestras limitaciones, así como las exageraciones son las que configuran nuestras debilidades en material sexual.

¿Qué deberíamos aprender para resignificar nuestra vida sexual?
Sólo debemos aprender a tomar registro de nuestros verdaderos deseos y fantasías y poder comunicarles a nuestras parejas qué es lo que nos gusta y necesitamos.

Creo que la falta de comunicación es una de las principales causas de la insatifacción sexual de estos tiempos. El solo hecho de imaginar que no podemos hablarles de nuestras fantasías a nuestras parejas produce una excitación proporcional a la frustación que provoca la imposibilidad de comunicarse.

La represión es intrínseca a la sexualidad. Todos, en mayor o menor medida. Pero hay que diferenciar la represión inconsciente-de la que habla el psicoanálisis- de la represión consciente, aquella que nos impide llevar a cabo nuestras fantasías.
Hay mandatos culturales que promueven la culpa y por eso, muchas veces, es mejor quemarse en la hoguera del silencio que recibir la condena social por lo que podamos llegar a desear por fuera de la norma. Pero hay miedos, exigencias y tantas otras cuestiones personales que nos inhabilitan para ir en busca del placer.
En torno a estas limitaciones en la comunicación y el encuentro, "sorprende la cantidad de mujeres que confiesan haber provocado citas, vía chat, con hombres o mujeres desconocidos".

Conclusión:
MUCHAS VECES NO PODEMOS DECIRLE AL OTRO LO QUE QUEREMOS, SENCILLAMENTE PORQUE NO LOGRAMOS COMUNICARNOS CON NOSOTROS MISMOS PRIMERO.


* Bibliografía consultada de Paola Kullock (Esc. de Sexo) ; Amanda Jot (Sexo a diario, el blog mas visitado delanación) y Andahazi.