Tengo muchas ganas de soñar, pero soñar, con tantos sueños se nubla la vista y el sentido.
Me siento afligida por ese cabo suelto que rumea mi interior.
Me tiento a portar el arma y cometer el crimen: mi crimen.
Recuerdo la noche que pecamos, la noche en que abrí el abanico del silencio. Hoy me doy cuenta que todo el Amor que te brindo sabe a un recuerdo horrible.
Pero es difícil desteñir lo ya percudido.
Mi vientre en tus manos, se siente como un niño en el regazo de su madre. Perdida.
Espero no entristecer tu sonrisa, ángel hermoso con mis palabras silenciosas.
Autora: Romina Munafó