15 de diciembre de 2010

Inolvidable...



Cada día que pasa me amoldo más a ésta celda de Soledad que me lleva de a poco a la locura total.
Cada día que pasa, recorre por mi cabeza algún porta-retrato de un recuerdo inolvidable.

Hace poco te vi y me hiciste reír cuando en el fondo no paraba de llorar.
Recuerdo en la oscuridad de mi memoria tu cómplice fisonomía.

El silencio en mi interior me está matando. No puedo separar el ayer de hoy.
Necesito un antídoto para calmar esta amargura.
¿Cuántas noches más voy a llorar por ti?

Hoy, como todos los días, traigo recuerdos vivos a mi realidad y te escribo una supuesta carta de despedida.
De un amor prohibido, pasaste a ser "inalcanzable".

Las últimas vacaciones, fueron las mejores y las más dolorosas. Recuerdo lo bien que logramos pasarla y a la vez lo triste que estuvimos. Nunca olvidaré nuestra despedida, el dolor aún lo siento.

Me duele tu desprecio, tu ausencia, tu imagen lejana y a la vez muy cercana.

Soy una víctima de mi misma, de mis propios actos. A fuego lento mi cuerpo entero cobra por cada acto errado.
Hoy no siento odio ni amargura, no sé que siento. Sólo se que nunca te extrañe tanto como estos 9 meses.

Quién lo diría. Quién diría que no puedo arrancarte de mi memoria, de mi corazón, de mi ser.

Quién diría que una decepción más, me acerca aún mas al profundo vacío que me lleva a la nada.



Autora: Romina Munafó